Bibliotecas canarias en la encrucijada
El próximo sábado, 23 de abril, se conmemora el Día Internacional del Libro y no encontramos fecha más apropiada para reivindicar un servicio público fundamental: la biblioteca.
Dice un antiguo aforismo romano que la ley es dura, pero es ley (dura lex, sed lex); partiendo de esta premisa convendremos que las normas legales están para cumplirlas, ¿cierto? Pues la Ley 5/2019, de 9 de abril, de la Lectura y de las Bibliotecas de Canarias establece en su artículo 13 que “en todos los municipios de Canarias habrá, al menos, una biblioteca pública”. Sin embargo, la realidad es tozuda y encontramos varios casos de ayuntamientos que no disponen de ningún tipo de equipamiento bibliotecario, privando a la ciudadanía de un servicio esencial.
Compartimos una lista de los municipios canarios (de los que tenemos constancia), con bibliotecas públicas cerradas a fecha de hoy: Agulo, Alajeró, Arico, El Pinar, El Tanque, Hermigua, Ingenio, Las Palmas de Gran Canaria, San Juan de la Rambla y Tejeda. Lamentablemente, nos tememos que este listado puede ser más amplio.
Por otro lado, no es extraño encontrar a lo largo de la geografía insular infraestructuras bibliotecarias totalmente inadecuadas, servicios infradotados en lo material y humano que no están adaptados a las necesidades de un equipamiento cultural del siglo XXI. Para más inri, se constata el sempiterno problema de la precariedad laboral del personal bibliotecario, especialmente grave en las corporaciones locales (escasez de efectivos, externalización, reducida oferta de empleo público, reconocimiento de categorías, etc.).
Con todo, son muchas las cosas que se hacen bien, la mayor parte gracias a la labor de los/as profesionales que, muchas veces con pocos recursos, llevan a cabo una labor encomiable para que la información, la cultura y el ocio lleguen al último rincón del territorio.
Las bibliotecas no son un gasto, son una inversión.
¡Feliz Día del Libro!